Capítulo XII
Al acabar, veo que Eli levanta su mano haciéndome gestos para que me
acerque y a Salma saltar de alegría. Esta jovencita me cae de maravilla.
-¡Hola!-Digo efusiva.
-¡Qué bonito!-Dice Salma emocionadísima, lo que provoca una carcajada en
mí.
-Gracias pero lo realmente bonito es la bondad de todos.-Respondo con una
sonrisa de oreja a oreja. Luca me mira con complicidad y hace un gesto de
aprobación que consigue que me sonroje.
-Oye nena, nos vamos un rato para estar todos juntos.-Dice Eli.
-Sí, hace calor aunque sea de noche. Podemos ir a la pisci. Tomamos algo y
nos vamos.-Afirma Marcos.
-Me encantaría pero…-Para ser sincera, me han caído bien desde el primer
momento. Despejo de la presión que ocupa mi pecho desde el avión. Sé que me iré
cuanto antes y lo mejor es no acariñarme mucho.
-Vamos Isa. Te gustará. Somos muy divertidos. Luca, ¿Vienes?
-Sí. Hace tiempo que no paso una noche con mis mejores amigos. No la
presionéis, si quiere que venga y si no...-Si no lo veo no lo creo. Primero me
piropea para flirtear conmigo y ahora me dice indirectamente que no vaya. No
quiero seguirle el juego pero la tentación es muy grande.
-Está bien. Voy.-Todos saltan de alegría, el italiano esboza una tímida sonrisa
que se nota que es forzada.
-¿Sabes Isa? Te conocimos hoy pero me caes genial.-Grita Salma.
-Hay mucha confianza.-Corrobora Eli.
-Bienvenida al club.-Añade Marcos y entonces, se me forma un gran nudo en
la garganta. Culpabilidad.
La piscina es muy grande, podríamos denominarla olímpica. Estaría muy bien
bañarse aquí. Reímos multitud de veces casi siempre por culpa de los chistes de
Marcos. Luca va a un auto-bar y nos pregunta que queremos.
-Yo una coca.-Dice Eli y a continuación guiña un ojo.
-A mí ponme algo fresco.
-Para mí un Bifrutas.-Dice Salma ilusionada.
-Tropi o Medi??
-Tropical, plis.
-¿Y para ti?-Pregunta Luca dirigiéndose a mí.
-Nada.-Tampoco voy a abusar y no me apetece beber.
-Venga, pide algo.-Dice Eli.
-Ok. Un zumo de melocotón.
Posteriormente nos deja todas las
bebidas en la mesa e invita a cada uno a
coger la suya.
Capítulo XIII
Tras acabarme mi botellín, me relamo para evitar que se me queden restos en
las comisuras de los labios. Al final, resultó ser una buena elección venir.
-Chicos, ¿Qué os parece si jugamos a la pita?-Propone Salma poniendo
morritos.
-¿No es un poquito infantil?
-No. No la pita tradicional. Jugamos alrededor de la piscina, quién pierda
debe tirarse al agua.
-No sé yo. Estará fría.
-¡Qué va! Es verano.
-Es buena idea.-Responde Luca.
Y sin poder negarme, comenzamos a
jugar. Saco mi lado más pillo y deportista para intentar ganar. Sé perder, pero
no voy a dejarme. Al cabo de una hora, decidimos parar porque tenemos los pies
molidos de perseguirnos unos a otros. Aunque sirvió para romper el hielo.
-Eli, al agua.-Digo más relajada y feliz.
-¿Yo?
-¡Sí!-Decimos todos a coro para provocar a la aludida.
Se recoge el pelo y después de meditar las consecuencias, se tira de bomba gritando ¡Yujuuuuuuuu! Salma comienza
a perseguir a Marcos hasta que este pierde el equilibrio y se cae también
arrastrando a la benjamina del grupo consigo. Yo los observó partiéndome de la
risa cuando noto que algo me eleva. Extrañada, me giro y veo a Luca.
-¿Qué haces?-Chillo.
-Tirarte.-Me coge en volandas y se
tira al agua conmigo en brazos.