Grito como si la vida se me fuese en ello. Asustada, busco indicios de
Isadora o de los guardias pero no encuentro a nadie. Voy asimilando que estoy
en mi cuarto y que nada amenaza mi vida. ¡Qué susto! Sólo ha sido un sueño digo
sobre todo para calmar mi exaltado corazón. Miro la hora en el reloj.
-¡Las 16.00! Dormí más de una hora…-Precipitadamente salgo por la puerta y
bajo las escaleras a trompicones alargando al máximo mis cortas piernas para
que salten los escalones de 3 en 3. Ya en la planta baja busco a alguien con
quien hablar pero a todos a los que intento frenar, o no me escuchan, o corren
rápidamente.
-Uf, y ahora…-Con la esperanza de encontrar un receptor, salgo de la enorme
mansión. Mis ojos no dan abasto para apreciar tanta riqueza. Jardines adornados
con las flores más bellas y extrañas: rosas, aves del paraíso, dalias,
claveles, lilas, hortensias, amapolas, margaritas, tulipanes… y setos podados a
la perfección en mil y una formas. ¡BINGO! Veo a una mujer esbelta y rubia
ataviada con una estrecha falda que no la deja respirar.
-Perdone…
-¡Isadora! ¡Qué gusto verte!
-Sobre eso quería hablar…
-¿Estás cómoda? Hemos preparado todo para que te sientas como en tu casa.
No debes preocuparte por nada. Te agradecemos tu participación en estos actos,
cuando tu queridísima madre me llamó para darme la espléndida noticia…Está todo
organizado y…
-Sí, sí pero verá…-Esta mujer habla más que un loro y no deja terminar las
frases.
-Sé lo que vas a decirme…
-No creo…. Más bien es difícil de creer…
-¡El armario es demasiado pequeño! Lo sé. Conozco tu afición por la moda y
ya le dije a Ámbar que eligiese la suite con el vestidor más amplio pero ya
ves…
-No si por eso…
-No son molestias. Ahora mismito lo soluciono. Hay que estar guapas, y más,
si debes asistir a…
-De verdad que…
-Nada, no hay más que hablar. Listo. Ahora, déjame ver tu horario. Lo
encuadramos todo para que no fuese demasiado agobiante. ¡AH! Ya sé… Ahora debes
ir al ala este, allí está esperando el Sr Leonardo. Tenéis mucho de qué hablar.
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